Las joyas suelen ser mucho más que un simple adorno: representan recuerdos, compromisos o símbolos de amor. Pero, ¿cómo puedes estar seguro de que la piedra preciosa que tienes en tus manos es auténtica? Ya sea un diamante natural, un diamante de laboratorio o un simulante, este artículo explica cómo reconocer una piedra real y le orienta hacia una compra informada.
1. Diferencias entre diamantes y piedras preciosas
Un diamante es una piedra preciosa específica, formada a partir de carbono puro bajo presión y calor extremos. Sin embargo, las piedras preciosas también incluyen rubíes, zafiros y esmeraldas, cada una con propiedades únicas. Estas piedras se utilizan a menudo en colecciones de anillos o pendientes. En Lauredi apostamos por ofrecer una selección de piedras preciosas y diamantes de procedencia responsable, perfecta para creaciones a medida.
• Diamantes naturales y sintéticos: los diamantes creados en el laboratorio tienen exactamente las mismas propiedades químicas y ópticas que los extraídos. de la Tierra. Además están grabados con láser un número de serie, asegurando su trazabilidad.
• Por qué elegir joyería ética: diamantes sintéticos y metales preciosos certificados, como el oro < strong data-mce- fragment="1">18 quilates, le permiten respetar los valores de sostenibilidad mientras invierte en una pieza atemporal.
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2. Lo que los diamantes no deberían tener
Ciertas inclusiones o características pueden indicar que no se trata de un diamante o una piedra preciosa auténtica:
• Burbujas de aire: Típicas del plástico o del vidrio, nunca están presentes en los diamantes naturales ni en el laboratorio. p>
• Patrones geométricos: los simulantes como la circona cúbica suelen tener patrones de crecimiento lineales o regulares. Estos patrones no se corresponden con la estructura natural del diamante.
• Áreas turbias o opacas: a diferencia de los diamantes, los materiales de menor calidad, como el plástico, carecen de claridad y brillo.< /p>
• ¿Cómo comprobarlo? Examine la piedra con una lupa de joyero. Si ve burbujas o patrones poco naturales, probablemente sea una imitación.
3. Dureza y resistencia: la clave para diferenciar los simuladores
El diamante es el material natural más duro y alcanza el 10 en la escala de Mohs. Esta dureza lo hace extremadamente resistente a los rayones, lo que lo diferencia de muchos simuladores.
• Vidrio: puede rayarse con metales más blandos.
• Moissanita: Aunque es muy dura (9,5 en la escala de Mohs), es ligeramente menos resistente que diamante.
• Plástico: Muy suave, se puede rayar con un clavo.
• ¿Cómo realizar la prueba? Intente rayar suavemente una superficie dura con la piedra. Si raya la superficie sin rayarse a sí mismo, probablemente sea un diamante o un material duro como la moissanita.
4. Brillo y fuego: la esencia de las piedras preciosas
Las piedras preciosas, en particular los diamantes, son famosas por su capacidad única de reflejar la luz (brillante) y dispersarla. en fragmentos de colores (fuego).
• Brillo: la luz blanca se refleja intensamente en las facetas de la piedra.
• Fuego: se refiere a las ráfagas de luz de colores visibles cuando la luz atraviesa la piedra.
• Comparación con simulantes:
• Moissanita: produce fragmentos de arcoíris exagerados que carecen de naturalidad.
• Circonia cúbica: Demasiado brillante, a menudo con dispersión artificial.
• Vidrio y plástico: producen poco o ningún fuego.
• ¿Cómo realizar la prueba? Observe la piedra bajo una luz brillante. Los diamantes auténticos muestran un sutil equilibrio entre brillo y fuego, a diferencia de los simulantes.
5. Número de serie grabado con láser
Los diamantes modernos, ya sean naturales o cultivados en laboratorio, a menudo incluyen un número de serie grabado con láser en su faja. Este número corresponde al certificado de laboratorio que garantiza su autenticidad y sus características.
• Por qué es importante: Este grabado asegura la trazabilidad de la piedra y garantiza que corresponde a la certificación informe.
• Cómo verificar: examina la faja con una lupa para leer la inscripción, luego compárala con la certificado de autenticidad emitido por un laboratorio reconocido, como el GIA o el IGI.
6. La prueba de la niebla: un truco sencillo para reconocer un diamante
Una prueba rápida y eficaz para verificar la autenticidad de un diamante es la prueba de niebla. Gracias a sus propiedades térmicas únicas, un diamante genuino no retiene el calor, incluido el producido por la respiración. Para realizar esta prueba, sostén la piedra entre tus dedos y sopla suavemente sobre ella, como si intentaras empañarla con niebla. Si la niebla desaparece instantáneamente, probablemente sea un diamante. En cambio, si persiste unos segundos, lo más probable es que la piedra sea una imitación, como el cristal o la circonita, que retienen más el calor y la humedad.
• Cuidado con los límites: esta prueba es un buen indicador, pero no es definitiva. Se utiliza mejor junto con otros métodos, como el examen de luz o el análisis de inclusión.
Esta sencilla prueba es una forma práctica, accesible a todos, de obtener una primera impresión de la autenticidad de una piedra antes de recurrir a herramientas más técnicas.
7. Alternativas a los diamantes: simulantes comunes
A menudo se utilizan simulantes como moissanita, vidrio, plástico o zafiro sintético para imitar piedras preciosas. Cada uno de estos materiales tiene características que los distinguen:
• Moissanita: Muy similar al diamante en apariencia, pero produce un fuego exagerado.
• Circonia cúbica: Carece de durabilidad y tiene un brillo demasiado uniforme.
• Vidrio: transparente pero frágil, utilizado a menudo en bisutería.
• Plástico: Ligero y barato, carece de brillo y dureza.
• Zafiro sintético: aunque es duradero, su brillo es menor en comparación con el diamante.